Nadie quiere morir, ni siquiera la gente que quiere ir al cielo, quiere morir para llegar, y sin embargo, la muerte es el destino que todos compartimos. Nadie ha escapado de ella. Y así debe de ser porque la muerte es el mejor invento de la vida. Es el agente de cambio de la vida. Retira lo viejo para hacer sitio a lo nuevo. Ahora mismo lo nuevo somos nosotros, pero dentro de no demasiado tiempo, de forma gradual nos vamos a ir convirtiendo en lo viejo y seremos apartados. Nuestro tiempo es limitado, así que no lo gastes viviendo la vida de otro. No te dejes atrapar por el dogma que es vivir según los resultados del pensamiento de otros. No dejes que el ruido de las opiniones de los demás ahogue nuestra propia voz interior. Y lo más importante tener el coraje de seguir a nuestro corazón y a nuestra intuición. De algún modo ellos ya saben lo que tú realmente quieres ser. Todo lo demás es secundario...
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